domingo, 4 de octubre de 2009

In a Search of a Midnight Kiss


Vamos a empezar a hablar de películas americanas independientes. Vamos a empezar con In a Search of a Midnight Kiss (Buscando un beso a medianoche) una película que si la googleamos se la compara con clásicos del indie, Antes del amanecer, Antes del atardecer, Clerks y Once.

La película, ganadora de dos premios a mejor película en el Florida Film Festival y mejor edición en Woodstock Film Festival, fue dirigida y escrita por Alex Holdridge y es protagonizada por Scoot McNairy y Sara Simmonds.

Desde el 25 de diciembre al 1 de enero las cuentas en Facebook, Myspace y Craiglist, aumentan notablemente’’ ese es el puntapié o la idea que lleva a que se desarrolle esta historia, en búsqueda de tener con quien dar el primer beso del año.

Wilson (Alex Holdridge) es un guionista que se encuentra sumergido en una gran depresión, luego de que su novia lo dejara y sumado a eso no logró vender un guión y su vida se llenó de problemas. Su mejor amigo le aconseja y en parte lo obliga a hacerse un perfil en Craiglist (pagina de encuentros), al tiempo de hacer el perfil, una chica se comunica con él. Ya desde el vamos ella se muestra irónica en sus diálogos, algo histérica pero a su vez muy interesante.

Así Wilson conoce en una cita a ciegas a Vivian, poseedora de una belleza cautivante y una personalidad muy particular, desde ese momento los personajes comienzan una caminata por Los Ángeles, que los llevara a distintas situaciones y conversaciones.

Los Ángeles es el marco perfecto para esta historia, además de que están mas que bien elegidas las locaciones. Los personajes secundarios también son muy interesantes como la madre fiestera de Wilson o la novia de su mejor amigo y la banda sonora aporta mucho a la película.

En cuanto al parecido con Once, las películas de Lintaker y Clerks. Casi todo lo que pasa luego de que ellos empiezan a caminar se asemeja a las conversaciones de Antes del amanecer y su secuela, y también en los diálogos y en la relación que se genera entre ellos se pueden encontrar semejanzas con Once (que por cierto es una lástima que no llegue a los cines argentinos).

Seguro va a seguir habiendo películas de dos desconocidos caminando por la ciudad, hablando de banalidades, enamorándose y compartiendo un momento de felicidad, y por supuesto ahí estaremos para verlas.


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